Seguridad psicológica

Tener conversaciones difíciles es muy agotador, por eso tendemos a procrastinarlo. Sin embargo, tener esas conversaciones es indispensable. No tenerlas perpetúa conflictos y deja tensiones en el ambiente.

En el trabajo, por ejemplo, dejar que los conflictos se queden sin resolver crea un mal clima laboral en la organización, afecta el trabajo de los equipos, el desempeño y el estado de ánimo con el que afrontamos las tareas. Si es en la familia, tampoco es sencillo porque distanciarse suele ser mucho más complejo cuando la situación se pone pesada.

Si es tan importante, ¿por qué no tenemos conversaciones difíciles de forma oportuna? Piénsalo, ¿cuándo fue la última vez que tuviste un conflicto con alguien? ¿Te animaste a tener la conversación difícil para lidiar con ese conflicto?

En caso de que lo hayas hecho:

¿Sentiste que pudiste decir todo, que te entendieron y que en general el diálogo salió bien? En las relaciones humanas, este escenario deseable no es el que siempre ocurre. Y aquí es donde entra un ingrediente primordial para tener conversaciones difíciles: la seguridad psicológica.

¿Qué es la seguridad psicológica?

 

La seguridad psicológica es lo que nos permite tomar riesgos interpersonales. Es muy importante para el aprendizaje, la innovación y para tener buenas relaciones. Asimismo, es clave para que los equipos sean eficaces y para que las organizaciones aprendan y puedan cambiar.

Que SÍ ES seguridad psicológica

 

La posibilidad de tomar riesgos interpersonales nos permite hacer cosas que podrían incomodar a nuestro interlocutor, sin el temor de que la relación sufra. La seguridad psicológica se da cuando las relaciones no penden de un hilo. Cuando uno no va pensando que, si abre la boca, le van a poner mala nota, lo van a echar o que lo van a castigar socialmente de alguna manera por expresar su opinión.

La seguridad psicológica está presente si sentimos espacio para expresarnos sin que se cuestione nuestra legitimidad, inteligencia, valía o nuestro interés porque hablamos o decimos algo que se puede salir de lo que las otras personas esperan.

Cuando hay seguridad psicológica el otro entiende que somos vulnerables, que cometemos errores, que no nos la sabemos todas y comprende que él o ella está en la misma situación.

Hay seguridad psicológica cuando fomentamos la creatividad e innovación y no tememos tomar acción incluso cuando existe riesgo de generar un conflicto con otra persona.

Con ejemplos, se considera que existe seguridad psicológica cuando:

  • Un miembro de un equipo no teme compartir una idea, aunque le parezca loquísima, porque tiene la tranquilidad de que va a ser escuchado con mente abierta.
  • Uno es capaz de decirle a su pareja que hay algo que le incomoda en la relación y no tiene el susto de que va a desatar la discusión del año.
    Un enfermero decide preguntarle al médico si está seguro de que la dosis que formuló está bien porque él que cree que está muy alta.

Que NO ES seguridad psicológica

 

Dar algunos ejemplos de algunas situaciones donde falta seguridad psicológica puede ayudar a entender mejor el concepto.
No hay seguridad psicológica cuando:

  • Al estudiante le da miedo alzar la mano en el salón porque no sabe si el profesor le va a decir algo que le parezca humillante o si sus compañeros se van a burlar de él.
  • Al ver un abuso en el trabajo, uno decide quedarse callado para no meterse en problemas.
  • En una comida familiar escuchamos un comentario con el que no estamos de acuerdo y elegimos quedarnos callados para no “armar la de Troya”
  • Una persona nota que un avión va a salir del aeropuerto con menos gasolina de la que debería, pero se queda callado porque teme incomodar a alguien.

Este último caso no es hipotético. Sucedió en 2016 cuando un avión se estrelló con más de personas a bordo, entre ellas el equipo de fútbol Chapecoense.

En este sentido, la falta de seguridad psicológica afecta el aprendizaje, se presta para injusticias, erosiona nuestras relaciones importantes y puede ser trágica.

Una característica de los líderes top

 

Un líder de mucho nivel fomenta la seguridad psicológica de la gente con la que trabaja y valora que la gente se sienta tranquila y trabaje sin temor. Atreverse a hacer preguntas, probar cosas nuevas y permitirse hacer cosas en las que uno podría no ser bueno (y fallar) ocurre cuando tenemos seguridad psicológica.

De esta manera, la seguridad psicológica facilita el aprendizaje o los comportamientos de aprendizaje. Se promueve así la innovación, mejora la eficacia de los equipos y sienta terreno para el cambio. Entender este concepto es vital para toda persona que aspire a ser un buen líder.

¿Estamos abiertos a las personas que nos hablan?

 

¿O los atacamos, cuestionamos y nos tomamos sus comentarios como una crítica personal?
Mi invitación es a que nos preguntemos si somos personas a las que otros pueden aproximarse sin temor porque facilitamos un ambiente de seguridad psicológica.
¿Cómo está la seguridad psicológica en nuestra familia y en nuestro trabajo?
Si no la hay, de pronto podemos crear una oportunidad para tener una conversación de por qué no está pasando.
Un buen punto de partida para tener esa conversación difícil puede ser compartir este artículo, por ejemplo.
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¿Quieres aprender más sobre el tema?
Los orígenes de este concepto se ubican en la década de los sesenta con los autores Schein y Bennis.
Una persona que ha desarrollado mucho la idea en los últimos años es Amy Edmondson, una profesora de la universidad de Harvard.

En cuanto a recursos, comparto estos que me parecen interesantes para explorar más este tema.

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